lunes, 12 de marzo de 2012

GRANDES AMISTADES

¡¡¡Ya tengo portátil “nuevo”!!! Por fin voy a poder escribir mi blog de una manera cómoda, vamos, en Word en vez de en un borrador de email, jejejjejejejeje

El sábado a primera hora, antes de entrar a trabajar se lo acerqué a Joseba y me dijo que me irían informando de cómo iba y cuándo terminarían. Yo contaba con que necesitarían todo el día para ello, así que no les metí ninguna prisa. Si terminaban antes me avisarían y si no, ya lo recogería el domingo.

La fiesta de chicas del sábado fue de maravilla, tal y como esperaba. A pesar de que al principio preveíamos ser un montón, al final fuimos 6 pero, sinceramente, ¡¡fuimos las mejores!! Jejejejejeje…..
Yo conocía bastante a todas, quizá la que más, pero las demás, a pesar de que un par de ellas no se habían visto nunca, congeniamos todas a la perfección. Charlamos, reímos, comimos, bebimos, bailamos,…. Toda la noche fue un no parar de buen rollo y diversión. Tendremos que ir buscando fecha para la próxima porque esto desde luego, ¡¡hay que repetirlo!!

Ayer por la tarde, mientras probaba mi rejuvenecido PC estuve hablando con Daniel a través del FB. Daniel es un amigo que he recuperado recientemente, bueno, más bien me ha recuperado él a mi, jejejejjejjjee…..
Recibí una solicitud de amistad y cuando miré no lo conocía. Como vi que teníamos a Mónica en común le pregunte a esta por él, pero Mónica me dijo que no le conocía, así que como suelo hacer cuando pasa esto, lo eliminé.

La sorpresa fue cuando a los pocos días volví a recibir su solicitud de amistad. Entonces miré la foto más detenidamente, volví a comprobar que tenía amigos en común con Mónica,……. ¡¡¡Daniel!!! ¡¡¡Ahora caigo!!! Es el amigo de George, mi novio durante la temporada que pasé en Estados Unidos.

Habían pasado tantos años que me costó reconocerle, pero rápidamente todos los recuerdos fueron volviendo a mi mente:

Era el año 1999 y yo por fin había reunido dinero suficiente para poder ir a visitar a mi amiga Mónica; nos conocíamos hacía unos 10 años, pero tan sólo nos habíamos visto en foto. Por aquel entonces no había internet en casa y las llamadas telefónicas eran muy caras cuando se trataba de llamar al extranjero.

Mónica y yo nos conocimos gracias a una revista y nuestra afición por un grupo musical: los New Kids on the Block.  Yo era una adolescente y me encantaban sus canciones, sus vídeos, sus letras, y cómo no, ellos también. Compraba habitualmente revistas donde podía verles y recortar sus fotos. En estas revistas también había un apartado donde la gente contactaba a través de carta para intercambiar material de sus artistas favoritos.
Comencé a conocer a través de carta a gente de diferentes partes del mundo de esta manera; Noruega, Philadelphia, México, Alemania, etc.
Un día vi un anuncio de una chica con nombre hispano pero que vivía en Nueva York ¡¡Mi ciudad favorita!! Además también era fan de los mismos estilos que yo, así que no me lo pensé dos veces y le escribí una carta.

Había transcurrido más o menos un mes cuando recibí la primera carta de Mónica. Me hablaba un poco de ella, de su vida, de su trabajo, de sus gustos y…… ¡¡¡De sus hijos!!! Al leerlo reconozco que me asusté un poco, pero al seguir leyendo vi que era bastante más mayor que yo, por lo que ya no resultaba tan raro que tuviese 2 hijos, aunque sí que es verdad que los tuvo muy joven, por lo que a los 27 que fue cuando yo empecé el contacto con ella, los niños ya no eran unos bebés.

Durante casi 10 años, Mónica y yo nos contábamos nuestras vidas a través de todo lo que escribíamos en unos papeles y que con el tiempo cada vez eran más. Había veces que comenzaba a escribirle y terminaba varios días después. Nos hemos llegado a enviar cartas de 15 hojas tras varios días escribiendo.
También junto con la carta, siempre nos mandábamos algún regalito típico de nuestras ciudades. Reconozco que eso también hacía mucha ilusión, pero aquellas cartas estaban llenas de cariño, amistad y sinceridad. Había cosas que no contábamos a nadie, pero entre nosotras sí que lo sabíamos,…… Curioso, a la par que precioso.

Unos meses antes de conocernos en persona, hablamos por teléfono, siendo esa la primera vez que nos escuchábamos la voz. Bueno, no es del todo exacto, más bien era la primera vez que yo le escuchaba a ella. Una de las veces, en el envío que nos hacíamos, puse una cita de cassette con unas cuantas canciones que teníamos por aquí y que ella no conocía. En esa misma cinta, al ver que sobraba espacio, le grabé un saludo con mi voz,….. Aún recuerda el susto que se dio cuando mientras escuchaba música alguien empezó a hablar en su salón,¡Pobre Mónica! Jejejejejeje……

Llego el verano del 99 y como decía antes, por fin tenía dinero suficiente como para poder ir a visitar a Mónica. Ella me invitaba a su casa, pero el billete de avión era bastante dinero y yo apenas había empezado a trabajar, así que no fue fácil, pero lo conseguí J



Estaba emocionadísima durante el viaje y no dormí ni un instante de aquel largo viaje. Cuando el piloto dijo que habíamos llegado, aún no me lo podía creer, ¡¡por fin estaba allí!!
Al salir por la puerta tras recoger la maleta, allí estaba Mónica con Walter, su esposo, que habían venido a recogerme. Nos dimos un abrazo y desde ese momento comenzamos a hablar como si llevásemos haciéndolo toda la vida. Aquello marchaba de maravilla.

El camino hasta la casa me lo pasé con la boca abierta mirando por la ventana del coche o hablando con Mónica. Era tal y como me lo había imaginado tantas veces,….. Bueno, en realidad era mejor; estaba conociendo personalmente a una persona increíble. Una de esas que yo llamo “hermana”.
Estaba todo preparado para que mi primeras horas allí fueran inolvidables, y desde luego, así fue.

Dejé las maletas en la que sería mi habitación durante las siguientes 3 semanas. Me duché, me cambié de ropa y nos fuimos a cenar ella y yo, acompañadas de su esposo. Después de la cena, en la que no paramos de hablar y reír, fuimos a un club (es la forma chic en que los estadounidenses llaman a los pubs) donde había un concierto de un grupo que a mi me sonaba un poco, pero apenas conocía, “Aterciopelados”.
Entramos allí y fuimos a la barra a pedir:

-          “¿Qué tomas?” me preguntó Walter.
-          “No lo sé,…….”

Habitualmente pido kalimotxo pero ¿cómo iba a pedirlo allí? Quizá podía pedir un cubata de ron pero ¿qué marca?

-          “¿Qué me recomiendas Mónica?”
-          “A mi me encanta el Long Island Ice Tea ¿lo has probado?”
-          “Pues no y con ese nombre, me apetece probarlo, jejejejeje”

Así que ambas pedimos uno para cada una, mientras Walter se tomaba una cerveza.

El concierto había empezado ya y la verdad es que lo que escuchaba me estaba gustando mucho. Le dije a Mónica que me tendría que grabar todo lo que tuviese en casa de este grupo para poder llevármelo conmigo cuando volviese a casa.

Estábamos sentados en una mesa muy bien ubicada justo frente al escenario y bastante cerca de la pista, así que cuando el concierto acabó permanecimos allí con nuestras cosas. Aunque salíamos a bailar siempre uno de nosotros se quedaba en la mesa (generalmente Walter) para regresar a sentarnos cuando terminaba el tema que bailábamos. Una de las veces, cuando Mónica y yo volvimos a la mesa Walter hablaba con alguien.

Aquel chico era muy mono. No era muy alto, pero tampoco bajito; no estaba fuerte, pero tampoco flacucho; tenía el pelo recortadito y un poco rizo con unas mechas que le iluminaban el rostro. De cara a mi me gustó y me di cuenta de que mientras hablaba con Walter me había mirado un par de veces. Cuando se fue le pregunté a Mónica por él.

Aquel chico misterioso era un amigo de Walter desde hacía mucho tiempo, por lo que Mónica también le conocía. Además, Mónica siempre estaba metida en todos los temas referentes a la música que por delante de ella se cruzaban, sobre todo si se trataba de gente que estaba empezando, como en el caso de George. Él también le preguntó a Mónica por mi, así que ella le invitó a sentarse en nuestra mesa para seguir la velada.

George y yo rápidamente congeniamos; teníamos gustos muy parecidos en música que fue de lo que más hablamos. Salimos a bailar unas cuantas veces y me invitó a un segundo LIIT (Long Island Ice Tea).
La noche iba pasando y George y yo no parábamos de hablar y bailar, era un encanto y por lo que se veía, yo a él también le caía bastante bien.

Cuando me quise dar cuenta ya estábamos pidiendo el tercer LIIT, pero tan sólo con mojar los labios en él, me di cuenta de que no podía ingerir ni una gota más de alcohol, o me caería redonda.
Hacía mucho calor en aquel club, además del humo del tabaco que no dejaba apenas respirar, así que dije que me iba fuera a tomar un poco de aire fresco y George no me dejó sola, avisando a Mónica y Walter de que salía conmigo a la calle.

Tras convencer a mi familia de que no me iba a pasar nada por viajar sola a una ciudad tan grande, tan lejos y a visitar a unas personas a las que no conocía, lo normal era lo que me tocó aguantar una y otra vez; “No te fíes de nadie”, “Cuidado con ir por la calle sola”, “Si tienes cualquier problema llamas inmediatamente”, etc. Lo que todas las familias te dicen siempre para que tengas el triple de cuidado que de normal.
Pues bien, después de todo esto, allí estaba yo; a las 3 de la mañana, en pleno corazón de Manhattan, medio borracha y paseando con un desconocido. Justo lo que me habían dicho que no hiciese,….. ¡¡Y eso nada más llegar!! Jejejejejjejeje

La verdad es que mi recuerdo es mucho más bonito. Además, el escenario ya era de película, por lo que el hecho de que el recuerdo sea tan bonito, es mucho más fácil.
George me llevaba de la mano y paseábamos por la calle 42, Times Square y Broadway para que me diese el aire. Recuerdo aquel paseo como algo alucinante; por fin estaba donde tantas veces había deseado y además paseaba por delante de todos los teatros, viendo esos luminosos carteles de la mano de un encantador caballero. Todo cuanto había visto tantas veces por la TV, ahora estaba a mi alcance y la compañía era genial.
Durante toda mi estancia estuvimos juntos y la mayoría de lugares que visite fueron con él.

George estaba intentando lanzar su carrera musical y buscaba cualquier hueco en conciertos para poder tocar. A mi me resultaba muy atractivo el salir con un músico. Siempre me han gustado las canciones en las que se menciona el nombre de una mujer, pero siempre he pensado también, que nadie hará una canción con mi nombre, pero….. ¿Si quién compone te la dedica a ti? J
En realidad es una tontería, pero es una de esas tonterías que se te quedan para siempre grabadas, jejejejejejeje….

Uno de los días que quedé con George me dijo que había quedado con un amigo suyo y que iríamos los dos para que nos conociésemos. Aquel amigo era Daniel.
Me pareció un chico encantador y con él también tuve largas charlas, pero en su caso hablamos de cine y fútbol.
Durante mi viaje en avión fui leyendo un libro que me había comprado cuando fui a por las guías de viaje. El libro era una biografía de Quentin Tarantino, uno de mis directores de cine favoritos. En una de las conversaciones con Daniel salió el tema y este me confesó que también a él le encantaba, así que le regalé el libro para que lo disfrutase como yo lo había hecho. Recuerdo que le hizo gran ilusión y eso a mi también me gustó.

El tiempo ha hecho que mi relación con Mónica, a pesar de la distancia, se más fuerte cada día. Con Walter me he ido distanciando, aunque conmigo se portó siempre bien, no fue así con Mónica y se divorciaron hace tiempo. Con George mantuve una relación en mi primera visita y durante la temporada que pasé allí posteriormente anduvimos en un tira y afloja constante, a pesar de tener cada uno a otra persona con la que salíamos, pero tras mi regreso a casa todo se enfrío y nos perdimos la pista. Por este mismo motivo, perdí la pista también de Daniel.

Pues bien, quién me iba a decir a mi que tantos años después nos íbamos a reencontrar a través de FB para retomar aquellos momentos de amenas charlas,….. Una de las primeras cosas que Daniel me dijo cuando hablamos por FB fue que aún conserva con cariño el libro que le regalé J  De verdad que ese tipo de cosas te hacen sentir de maravilla.

Creo que tendré que rememorar más veces aquella época. Aprendí mucho, pero sobre todo, conocí gente muy valiosa con la que estuve en familia y personas muy interesantes con las que entable una amistad que hoy en día gracias a internet podemos seguir cultivando.

Si es que lo llevo diciendo mucho tiempo y cada vez estoy más convencida:
“San Facebook es el patrón de las amistades perdidas”

No hay comentarios:

Publicar un comentario