Hoy en la radio
no paraban de recordar el inicio de la estación, de que altera el organismo, de
que favorece a los enamoramientos, etc…. ¿Será verdad? A lo mejor me toca ya J
jejejejejejeje
Cada mañana
escucho la radio, siempre Cadena 100. Hay muchas más, pero con la que de verdad
consigo empezar bien el día es con esta. Siempre sonrío con lo que cuentan y
además la música siempre es de mi agrado. La gente llama contando sus anécdotas
y casi siempre son para partirse de risa. Después las respuestas de los niños a
preguntas de temas de adultos, son de lo mejor del programa. Y finalmente
“¿Quién te tienta a las 9:30?” es de lo más romántico J
Esta sección consiste
en que a una persona que le gusta alguien y no se ha atrevido a decírselo, le
llaman desde la radio y le proponen compartir una cena romántica con quien ha
llamado. Otras veces la versión es un poco diferente; se trata de dos personas
que se gustan, pero que ninguna de las dos se atreve a dar ese paso de llamar a
la radio. En estos casos, aparece una tercera persona que los conoce y ve lo
que pasa, entonces llama a la radio, eso es un “Celestienta”.
La verdad que
hay historias que son un poco sosas, otras en las que se ve venir que es un NO
desde el principio, o incluso que es alguien al que ya han rechazado con
anterioridad y cree que en la radio será más comprometido y aceptarán, pero
otras veces,….. Hay historias realmente bonitas, de esas dignas de un guión de
cine. Cuando ves una película, crees que lo que ves solo pasa en el cine, pero
de verdad que algunas historias reales superan a la ficción.
Hubo una
historia en la que quien llamaba (quien tentaba) era un chico que coincidía con
una chica a diario en el autobús. Se miraban y se sonreían, pero nunca
hablaban. Él, de una manera poco lícita, consiguió su nombre y número de
teléfono: Un día mientras ella hablaba con una amiga, se acercó y escuchó toda
la conversación entre ella mientras hacía ver que estaba entretenido con su
móvil. En esa conversación averiguó que la chica no tenía novio, que se llamaba
Natalia y como la amiga le dijo para quedar, le dio su número de teléfono y él
aprovechó para tomar nota.
Cuando la chica
supo quien era el chico que había llamado a la radio, no se lo podía creer,…. A
ella le encantaba cada vez que le veía, pero tampoco sabía cómo hacer para
tener contacto.
Otra historia
que recuerdo digna de un guión es la de un chico que tocaba el violín en el
metro. Cada día veía pasar a una chica que se quedaba un rato parada
escuchándole. La primera vez que se paró, él estaba tocando la canción de
Titanic y desde ese momento, cada vez que la veía acercarse, rápidamente
comenzaba a tocar la misma pieza. Estos también se miraban mucho, incluso
charlaban bastante y un día, ella le dio a él una tarjeta suya por si un día le
apetecía tomar algo, pero el chico era demasiado tímido para hacerlo, así que
llamó a la radio. La chica estaba encantada
de saber que por fin aquel encantador chico había dado el paso. Al no haberla
llamado, ella pensó que él no tenía interés, pero al final quedaron para su
cena romántica.
Este tipo de
historias me encantan. Me demuestran que por mucho que vayamos degradando las
relaciones, la fidelidad y la confianza, aún existe el amor como lo soñamos y que el romanticismo no ha muerto. Me niego a creerlo. Aunque yo no lo encuentre
nunca, sé que existe y eso me consuela. Sería tan bonito vivir una de estas
historias,…..
Es cierto que
algunas veces me han sucedido cosas de película, con Joseba ya he contado
alguna, como el día que se presentó en mi trabajo diciéndome que lo único que
quería era besarme, o el primer día que quedamos, cuando me dio aquel beso de
película. Pero quizá, la historia más de película que tengo en “mi hemeroteca”
es la del día que tuve mi primera cita con Jaime.
Conocí a Jaime
unos meses después de terminar definitivamente con Antonio. Yo ya había
comenzado mi nueva vida y con ella mi vida social. Paraba a diario en una
cafetería y conocía a los dueños, de hecho, como son vascos, para mi eran como
mi segunda familia. Al estar bastante por allí y teniendo en cuenta que no
éramos muchos los que estábamos allí todo el año, terminas haciendo amistad con
los habituales y en vez de tomarte el café sola, cada día lo tomas con quien te
encuentras. Poco a poco fui conociendo a un grupito de gente (casi todos
chicos) con los que me quedaba a tomar algo. Además, me quedaba de camino entre
mi trabajo y mi casa, por lo que era una buena paradita para despejarme del día
en aquella oficina en la que te trataban como cualquier cosa menos como una
persona.
En fin, muchos
días, al salir de trabajar me encontraba con alguno de la “pandilla” y me
quedaba a tomar un café y charlar un rato. Los viernes solíamos juntarnos casi
todos y ya nos quedábamos a cenar allí. Entre este grupito de gente estaba
Jaime. Yo notaba que había cierta conexión entre nosotros, pero por otra parte,
también notaba que todos tenían bastante interés en estar conmigo y quizá él
era el que menos,….. O no lo demostraba igual.
Cada vez que
coincidíamos pasábamos buenos ratos de conversación y risas. Se le veía
bastante culto y tenía muchas historias para contar de todos los viajes que
había hecho. Se trataba de un abogado que hasta hacía unos meses había estado
trabajando como alto ejecutivo en una gran empresa de la zona. Lamentablemente,
la crisis había empezado ya y uno de los primeros puestos prescindibles, fue el
suyo L Así que cuando yo le
conocí, estaba en el paro.
Uno de los viernes
que coincidimos, los demás no habían acudido a la cita de siempre y tan sólo
estábamos Jaime y yo, además de Néstor, el dueño de la cafetería, que también
era de la “pandilla”. El verano ya estaba bien entrado, por lo que había mucha
gente por allí, así que aquel día, Néstor tuvo que dejar la mesa en la que
estábamos y ponerse detrás del mostrador a atender. Aquel momento lo
aprovechamos Jaime y yo para ir a otro sitio, alegando que no queríamos
molestar allí.
Cenamos juntos y
nos fuimos después a la playa con lo que nos quedaba de bebida. Estuvimos toda
la noche hablando sin parar y aunque yo notaba que nos entendíamos bien, no
veía que él pusiese más interés que el de costumbre. ¿Sería que simplemente le
caigo bien y no quiere nada más conmigo?
Al comenzar el
mes de agosto, mis padres llegaron para pasar allí el verano. Siempre solían
venir, pero aquel año con más razón; no se perdonaban que yo hubiese pasado
todo aquello sola (la "huida" de Antonio) y tenían que asegurarse de que todo estaba bien.
Como pasaba
mucho tiempo con mis padres, estaba menos tiempo por la cafetería, pero los
viernes nunca fallaba. Jaime ya no vivía en el mismo pueblo, sino a 40 km. por
lo que ya no estaba tampoco tanto por allí, pero los fines de semana tampoco
fallaba.
Comenzamos a
tener contacto a través del FB y del Messenger; era muy divertido, ya que
muchas de las veces vacilábamos en inglés, por lo que me ayudaba a practicar y
a ampliar vocabulario, y además, nos llevábamos una historia en la que éramos
vampiros, por lo que él era “My Dear Count” y yo era su “Lovely Countess”.
Gracias al
Messenger pudimos quedar un día los dos a solas, sin ninguno de los demás del
grupo y nos fuimos a otro pueblo para que nadie nos viese y así “acoplarse”.
Quería sentirme
guapa y segura de mi misma, así que me puse uno de mis vestidos rojos. Con eso
y mi bronceado, estaba convencida de que si tenía que pasar algo, no podría
esperar más.
Vino a recogerme
en coche a casa. Normalmente, cuando alguien me recogía en mi casa, esperaban
en la parte de atrás del edificio, yo salía y acudía hasta donde estaban.
Bueno, pues con Jaime no. Él me esperaba en la misma puerta del portal, según
él “Si digo que te recojo en la puerta, es en la puerta”.
Cuando me vio
salir por la puerta del portal, salió del coche, dio la vuelta y me abrió la
puerta del coche (eso sí que no me había pasado nunca). En cuanto me senté
dentro me dijo “¡¡Sorpresa!!” y me dio una rosa roja y un paquete rojo con un
lazo plateado.
Me puse tan
nerviosa que no sabía ni que decirle. Nunca me había pasado algo así y sólo
podía decirle que cuál era el motivo de todo eso, que yo no tenía nada para él,
que no se tenía que haber molestado,…. Me dijo que me callase y que de una vez
por todas lo abriese ya.
El regalo era
¡¡¡un IPod!!! No me lo podía creer…… Él sabía que yo siempre voy escuchando
música y había visto mi viejo Mp3, así que le pareció un bonito detalle. Para
mi fue un DETALLAZO.
Pasamos la tarde
paseando junto a la playa mientras no parábamos de charlar contándonos nuestras
respectivas vidas. Después fuimos al pub de Irati y su novio a tomar algo
(quería que Iratí le viese y me diese su opinión, jejejejeje…..) y de allí, nos
fuimos a cenar a una pizzería que había cerca y él decía conocer.
Irati me dijo
que le parecía encantador y la cena, a pesar de ser pizza, era artesana y
estaba bastante buena J Después de la cena paseamos de nuevo, pero se veía venir
una tormenta eléctrica y además ya era tarde, así que decidimos volver.
Efectivamente, a
mitad de camino comenzó a diluviar y con ello los rayos, truenos y relámpagos.
Impresionaba un montón, así que la decisión de irnos cada vez era más acertada.
Cuando llegamos
al portal de mi casa, como llovía me dijo que esperase dentro, entonces salió,
abrió el paraguas y vino hasta mi lado para abrir la puerta y que yo no me
mojase. De nuevo me trataba como a una dama,…. A eso yo no estaba acostumbrada
en absoluto. Me acercó hasta la puerta del portal, abrí y allí nos paramos unos
minutos a hablar, yo medio dentro y él fuera tapándose con el paraguas.
La fachada donde
está el portal en mi edificio, tiene infinidad de terrazas y justo enfrente hay
otro idéntico. Era pleno agosto y una hora en la que la mayoría de la gente
está en su terraza tomando el fresco.
Como decía, nos
quedamos unos minutos hablando allí, como dos tontos. Yo no paraba de pensar lo
raro que era que no hubiese pasado nada entre nosotros y que si ese día no
pasaba, no pasaría nunca. Comencé a despedirme y en ese momento Jaime me dijo:
-
¿Puedo
besarte?
-
¡¡Por
supuesto!!
Sin perder ni un
segundo, Jaime tiró el paraguas y se abalanzó sobre mi dándome un beso de
película. Pero más de película fue el resto; mientras nos besábamos, la gente
de las terrazas comenzó a aplaudir y vitorear, y uno de los que tenía música
puesta, subió el volumen,….. ¡¡Eso sí que fue de película!! J
Al final aquella
relación no cuajó: Aquel hombre de mundo no era tan de mundo, sus historias
eran limitadas y sus “recursos” para el mundo real mucho más limitados aún.
Busco a un compañero que vaya a mi lado, no a alguien del que tenga que tirar
siempre, y Jaime salvo en su trabajo (esto lo supongo), en el resto de cosas
del día a día, carece de autonomía.
Pero no dejo de
reconocer que su manera de conquistarme fue MEMORABLE J
Cambiando un
poco de tema y para terminar la historia por hoy:
¡¡¡Sorpresa!!!
Hoy como he dicho es un día gris y lluvioso. Hace un rato he conectado el
correo para ver mi bandeja de entrada, con lo que se ha activado también el
chat y…… ¡¡Joseba estaba conectado!! Jejejejejeje…..
Me ha dicho que
era el primer rato que conectaba y que estaba enviando un mensaje a casa. ¡¡Qué
casualidad!! ¿No? Jejejejejeje
Me ha dicho que
estaba tan cansado que ni había sonreído, así que le he dicho un par de
chorradas de las mías y así asegurarme de que riese antes de irse a dormir. He
intentado verle un segundo por video llamada, pero esta vez he sido yo la que
se ha quedado con las ganas (yo en el trabajo no tengo cámara y él por lo visto
tenía una pésima conexión), pero bueno, la sorpresa, como siempre, ha valido la
pena. Lo más curioso, aunque ya habitual en NOSOTROS, es que durante el rato
que hemos chateado, a pesar del día que hacía (y aún hace), el sol ha brillado
intensamente J
CUANDO MENOS PIENSAS……..
SALE EL SOL J
Estoy tan de acuerdo con esa última frase!
ResponderEliminarSuelo escuchar la 100 y esta bastante bien!!
ajjaja el amor da para tanto!!
besitos!
Me gusta saber que escuchas lo mismo que yo ;)
EliminarEl amor tiene infinitas posibilidades, somos nosotros los que las limitamos ;)
Bss