El sábado a
primera hora, antes de entrar a trabajar se lo acerqué a Joseba y me dijo que
me irían informando de cómo iba y cuándo terminarían. Yo contaba con que
necesitarían todo el día para ello, así que no les metí ninguna prisa. Si
terminaban antes me avisarían y si no, ya lo recogería el domingo.
La fiesta de
chicas del sábado fue de maravilla, tal y como esperaba. A pesar de que al
principio preveíamos ser un montón, al final fuimos 6 pero, sinceramente,
¡¡fuimos las mejores!! Jejejejejeje…..
Yo conocía
bastante a todas, quizá la que más, pero las demás, a pesar de que un par de
ellas no se habían visto nunca, congeniamos todas a la perfección. Charlamos,
reímos, comimos, bebimos, bailamos,…. Toda la noche fue un no parar de buen
rollo y diversión. Tendremos que ir buscando fecha para la próxima porque esto
desde luego, ¡¡hay que repetirlo!!
Ayer por la
tarde, mientras probaba mi rejuvenecido PC estuve hablando con Daniel a través
del FB. Daniel es un amigo que he recuperado recientemente, bueno, más bien me
ha recuperado él a mi, jejejejjejjjee…..
Recibí una
solicitud de amistad y cuando miré no lo conocía. Como vi que teníamos a Mónica
en común le pregunte a esta por él, pero Mónica me dijo que no le conocía, así
que como suelo hacer cuando pasa esto, lo eliminé.
La sorpresa fue
cuando a los pocos días volví a recibir su solicitud de amistad. Entonces miré
la foto más detenidamente, volví a comprobar que tenía amigos en común con
Mónica,……. ¡¡¡Daniel!!! ¡¡¡Ahora caigo!!! Es el amigo de George, mi novio
durante la temporada que pasé en Estados Unidos.
Habían pasado
tantos años que me costó reconocerle, pero rápidamente todos los recuerdos
fueron volviendo a mi mente:
Era el año 1999
y yo por fin había reunido dinero suficiente para poder ir a visitar a mi amiga
Mónica; nos conocíamos hacía unos 10 años, pero tan sólo nos habíamos visto en
foto. Por aquel entonces no había internet en casa y las llamadas telefónicas
eran muy caras cuando se trataba de llamar al extranjero.
Mónica y yo nos
conocimos gracias a una revista y nuestra afición por un grupo musical: los New
Kids on the Block. Yo era una
adolescente y me encantaban sus canciones, sus vídeos, sus letras, y cómo no,
ellos también. Compraba habitualmente revistas donde podía verles y recortar
sus fotos. En estas revistas también había un apartado donde la gente
contactaba a través de carta para intercambiar material de sus artistas
favoritos.
Comencé a
conocer a través de carta a gente de diferentes partes del mundo de esta
manera; Noruega, Philadelphia, México, Alemania, etc.
Un día vi un
anuncio de una chica con nombre hispano pero que vivía en Nueva York ¡¡Mi
ciudad favorita!! Además también era fan de los mismos estilos que yo, así que
no me lo pensé dos veces y le escribí una carta.
Había
transcurrido más o menos un mes cuando recibí la primera carta de Mónica. Me
hablaba un poco de ella, de su vida, de su trabajo, de sus gustos y…… ¡¡¡De sus
hijos!!! Al leerlo reconozco que me asusté un poco, pero al seguir leyendo vi
que era bastante más mayor que yo, por lo que ya no resultaba tan raro que
tuviese 2 hijos, aunque sí que es verdad que los tuvo muy joven, por lo que a
los 27 que fue cuando yo empecé el contacto con ella, los niños ya no eran unos
bebés.
Durante casi 10
años, Mónica y yo nos contábamos nuestras vidas a través de todo lo que
escribíamos en unos papeles y que con el tiempo cada vez eran más. Había veces
que comenzaba a escribirle y terminaba varios días después. Nos hemos llegado a
enviar cartas de 15 hojas tras varios días escribiendo.
También junto
con la carta, siempre nos mandábamos algún regalito típico de nuestras
ciudades. Reconozco que eso también hacía mucha ilusión, pero aquellas cartas
estaban llenas de cariño, amistad y sinceridad. Había cosas que no contábamos a
nadie, pero entre nosotras sí que lo sabíamos,…… Curioso, a la par que precioso.
Unos meses antes
de conocernos en persona, hablamos por teléfono, siendo esa la primera vez que
nos escuchábamos la voz. Bueno, no es del todo exacto, más bien era la primera
vez que yo le escuchaba a ella. Una de las veces, en el envío que nos hacíamos,
puse una cita de cassette con unas cuantas canciones que teníamos por aquí y
que ella no conocía. En esa misma cinta, al ver que sobraba espacio, le grabé
un saludo con mi voz,….. Aún recuerda el susto que se dio cuando mientras
escuchaba música alguien empezó a hablar en su salón,¡Pobre Mónica!
Jejejejejeje……
Llego el verano
del 99 y como decía antes, por fin tenía dinero suficiente como para poder ir a
visitar a Mónica. Ella me invitaba a su casa, pero el billete de avión era
bastante dinero y yo apenas había empezado a trabajar, así que no fue fácil,
pero lo conseguí J
Estaba
emocionadísima durante el viaje y no dormí ni un instante de aquel largo viaje.
Cuando el piloto dijo que habíamos llegado, aún no me lo podía creer, ¡¡por fin
estaba allí!!
Al salir por la
puerta tras recoger la maleta, allí estaba Mónica con Walter, su esposo, que
habían venido a recogerme. Nos dimos un abrazo y desde ese momento comenzamos a
hablar como si llevásemos haciéndolo toda la vida. Aquello marchaba de
maravilla.
El camino hasta
la casa me lo pasé con la boca abierta mirando por la ventana del coche o
hablando con Mónica. Era tal y como me lo había imaginado tantas veces,…..
Bueno, en realidad era mejor; estaba conociendo personalmente a una persona
increíble. Una de esas que yo llamo “hermana”.
Estaba todo
preparado para que mi primeras horas allí fueran inolvidables, y desde luego,
así fue.
Dejé las maletas
en la que sería mi habitación durante las siguientes 3 semanas. Me duché, me
cambié de ropa y nos fuimos a cenar ella y yo, acompañadas de su esposo.
Después de la cena, en la que no paramos de hablar y reír, fuimos a un club (es
la forma chic en que los estadounidenses llaman a los pubs) donde había un concierto
de un grupo que a mi me sonaba un poco, pero apenas conocía, “Aterciopelados”.
Entramos allí y
fuimos a la barra a pedir:
-
“¿Qué
tomas?” me preguntó Walter.
-
“No
lo sé,…….”
Habitualmente
pido kalimotxo pero ¿cómo iba a pedirlo allí? Quizá podía pedir un cubata de
ron pero ¿qué marca?
-
“¿Qué
me recomiendas Mónica?”
-
“A
mi me encanta el Long Island Ice Tea ¿lo has probado?”
-
“Pues
no y con ese nombre, me apetece probarlo, jejejejeje”
Así que ambas
pedimos uno para cada una, mientras Walter se tomaba una cerveza.
El concierto
había empezado ya y la verdad es que lo que escuchaba me estaba gustando mucho.
Le dije a Mónica que me tendría que grabar todo lo que tuviese en casa de este
grupo para poder llevármelo conmigo cuando volviese a casa.
Estábamos sentados
en una mesa muy bien ubicada justo frente al escenario y bastante cerca de la
pista, así que cuando el concierto acabó permanecimos allí con nuestras cosas.
Aunque salíamos a bailar siempre uno de nosotros se quedaba en la mesa
(generalmente Walter) para regresar a sentarnos cuando terminaba el tema que
bailábamos. Una de las veces, cuando Mónica y yo volvimos a la mesa Walter
hablaba con alguien.
Aquel chico era
muy mono. No era muy alto, pero tampoco bajito; no estaba fuerte, pero tampoco
flacucho; tenía el pelo recortadito y un poco rizo con unas mechas que le
iluminaban el rostro. De cara a mi me gustó y me di cuenta de que mientras
hablaba con Walter me había mirado un par de veces. Cuando se fue le pregunté a
Mónica por él.
Aquel chico
misterioso era un amigo de Walter desde hacía mucho tiempo, por lo que Mónica
también le conocía. Además, Mónica siempre estaba metida en todos los temas
referentes a la música que por delante de ella se cruzaban, sobre todo si se
trataba de gente que estaba empezando, como en el caso de George. Él también le
preguntó a Mónica por mi, así que ella le invitó a sentarse en nuestra mesa
para seguir la velada.
George y yo
rápidamente congeniamos; teníamos gustos muy parecidos en música que fue de lo
que más hablamos. Salimos a bailar unas cuantas veces y me invitó a un segundo
LIIT (Long Island Ice Tea).
La noche iba
pasando y George y yo no parábamos de hablar y bailar, era un encanto y por lo
que se veía, yo a él también le caía bastante bien.
Cuando me quise
dar cuenta ya estábamos pidiendo el tercer LIIT, pero tan sólo con mojar los
labios en él, me di cuenta de que no podía ingerir ni una gota más de alcohol,
o me caería redonda.
Hacía mucho
calor en aquel club, además del humo del tabaco que no dejaba apenas respirar,
así que dije que me iba fuera a tomar un poco de aire fresco y George no me
dejó sola, avisando a Mónica y Walter de que salía conmigo a la calle.
Tras convencer a
mi familia de que no me iba a pasar nada por viajar sola a una ciudad tan
grande, tan lejos y a visitar a unas personas a las que no conocía, lo normal
era lo que me tocó aguantar una y otra vez; “No te fíes de nadie”, “Cuidado con
ir por la calle sola”, “Si tienes cualquier problema llamas inmediatamente”,
etc. Lo que todas las familias te dicen siempre para que tengas el triple de
cuidado que de normal.
Pues bien,
después de todo esto, allí estaba yo; a las 3 de la mañana, en pleno corazón de
Manhattan, medio borracha y paseando con un desconocido. Justo lo que me habían
dicho que no hiciese,….. ¡¡Y eso nada más llegar!! Jejejejejjejeje
La verdad es que
mi recuerdo es mucho más bonito. Además, el escenario ya era de película, por
lo que el hecho de que el recuerdo sea tan bonito, es mucho más fácil.
George me
llevaba de la mano y paseábamos por la calle 42, Times Square y Broadway para
que me diese el aire. Recuerdo aquel paseo como algo alucinante; por fin estaba
donde tantas veces había deseado y además paseaba por delante de todos los
teatros, viendo esos luminosos carteles de la mano de un encantador caballero.
Todo cuanto había visto tantas veces por la TV , ahora estaba a mi alcance y la compañía era
genial.
Durante toda mi
estancia estuvimos juntos y la mayoría de lugares que visite fueron con él.
George estaba
intentando lanzar su carrera musical y buscaba cualquier hueco en conciertos
para poder tocar. A mi me resultaba muy atractivo el salir con un músico.
Siempre me han gustado las canciones en las que se menciona el nombre de una
mujer, pero siempre he pensado también, que nadie hará una canción con mi
nombre, pero….. ¿Si quién compone te la dedica a ti? J
En realidad es
una tontería, pero es una de esas tonterías que se te quedan para siempre
grabadas, jejejejejejeje….
Uno de los días
que quedé con George me dijo que había quedado con un amigo suyo y que iríamos
los dos para que nos conociésemos. Aquel amigo era Daniel.
Me pareció un
chico encantador y con él también tuve largas charlas, pero en su caso hablamos
de cine y fútbol.
Durante mi viaje
en avión fui leyendo un libro que me había comprado cuando fui a por las guías
de viaje. El libro era una biografía de Quentin Tarantino, uno de mis
directores de cine favoritos. En una de las conversaciones con Daniel salió el
tema y este me confesó que también a él le encantaba, así que le regalé el
libro para que lo disfrutase como yo lo había hecho. Recuerdo que le hizo gran
ilusión y eso a mi también me gustó.
El tiempo ha
hecho que mi relación con Mónica, a pesar de la distancia, se más fuerte cada
día. Con Walter me he ido distanciando, aunque conmigo se portó siempre bien,
no fue así con Mónica y se divorciaron hace tiempo. Con George mantuve una
relación en mi primera visita y durante la temporada que pasé allí
posteriormente anduvimos en un tira y afloja constante, a pesar de tener cada
uno a otra persona con la que salíamos, pero tras mi regreso a casa todo se
enfrío y nos perdimos la pista. Por este mismo motivo, perdí la pista también
de Daniel.
Pues bien, quién
me iba a decir a mi que tantos años después nos íbamos a reencontrar a través
de FB para retomar aquellos momentos de amenas charlas,….. Una de las primeras
cosas que Daniel me dijo cuando hablamos por FB fue que aún conserva con cariño
el libro que le regalé J De verdad que ese
tipo de cosas te hacen sentir de maravilla.
Creo que tendré
que rememorar más veces aquella época. Aprendí mucho, pero sobre todo, conocí
gente muy valiosa con la que estuve en familia y personas muy interesantes con
las que entable una amistad que hoy en día gracias a internet podemos seguir
cultivando.
Si es que lo
llevo diciendo mucho tiempo y cada vez estoy más convencida:
“San Facebook es
el patrón de las amistades perdidas”
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