martes, 24 de enero de 2012

LUNES, LABORABLE

Había llegado al lunes sin noticias de Joseba, pero sabía que ese era el día en el que iba a saber de él; trabajaba, así que era fácil contactar un rato conmigo como si nada hubiese pasado.
Afortunadamente para mi, ese lunes anduve muy liada en el trabajo y apenas me conecté a internet: Estuve un ratito a la mañana a eso de las 11 y poco y allí me lo encontré. Era raro, ya que a esa hora suele tener actividad en el trabajo, pero como no podía ser de otra manera entre nosotros, coincidió.  Apenas fueron 5 minutos, pero nos dimos los buenos días y cada uno siguió a lo suyo.
El resto del día me conecté a ratitos, pero no nos encontrábamos. Cuando uno entraba, encontraba comentarios del otro de un rato antes, pero siempre nos cruzábamos.

Por la noche tenía que hacer un montón de cosas y apenas disponía de tiempo; son los inconvenientes de vivir como una nómada, de una casa a la otra cada semana, siempre trayendo y llevando cosas en mi mochila. De ahí lo de Princesa Mochilera, jejejejejejejeje…… Nunca nadie me habían llamado princesa hasta que Joseba lo hizo, así que cada vez que alguien lo hace, no puedo evitar recordarle.
En fin, aquella noche me acosté temprano; estaba cansada y no tenía ganas ni de charlar, ni de pasar sueño como siempre que Joseba me llamaba. ¿Debo sacrificar mis horas de sueño para mantener algo que a él no le preocupa lo más mínimo? Y esa noche decidí que NO.
Cuando me acostaba mire el móvil y me percaté de que estaba apagado por falta de batería, así que sin encenderlo siquiera lo puse a cargar……. BUENAS NOCHES.

El martes me levanté un tanto recuperada de mi cansancio del día anterior y cuando encendí el teléfono encontré dos llamadas perdidas, ambas de Joseba. Me había llamado a las 11 y a las 12 más o menos. Todo un detalle teniendo en cuenta que suele ser siempre a partir de las 12,…. Lástima que yo estuviese pendiente de otras cosas en ese momento.
Ya en el trabajo, cuando abrí el email me encontré un par de ventanas de chat de la noche anterior. Una era a las once y media casi y decía:

Joseba: No tas??????
Joseba: :’(
Joseba: B-)
Joseba: L

Así que llegada esa hora es cuando ya sí me echaba de menos……. ¿Y el resto del día? ¿Qué pasa que mientras no trabaja no tiene ni un momento para mi y cuando trabaja sólo me busca cuando se aburre? Eso era intolerable.

La otra ventana de chat era de la una menos cuarto más o menos:

Joseba: No hemos coincidido :’(
              Espero que sea por que te has estado divirtiendo.
Joseba: Cuando veas esto será de día, así que buenos días y que tengas un día bonito.
              ¡¡Muack!!

Claaaaaaaaaaaaaro!!! Una pena no haber coincidido ¿verdad? Es más o menos lo que me suele pasar a mi el resto de los días, así que por un día que le pasase a él tampoco pasaba nada. Le respondí dándole los buenos días a través de las mismas conversaciones por si le daba por mirarlo. De todas formas, tenía mis dudas que le diese mayor importancia al tema.

A las 10:30h más o menos y mientras atendía una llamada telefónica de la central en Madrid, me sonó mi teléfono móvil y era él. Evidentemente no podía responder, así que silencié el tono y lo dejé sobre la mesa. Volvió a sonar otras dos veces más, pero entre el teléfono, el cartero y mi jefe que merodeaba por ahí, era imposible responder. Esta vez parecía que el destino estaba de mi parte: Si quería saber de mi, tendría que tomarse mayores molestias. Un par de horas después se presentó en la tienda.

Entró y se acercó como de costumbre a darme un beso, pero no le dejé: es mi puesto de trabajo, cualquiera puede aparecer de golpe y no da buena imagen. Yo también tengo que preocuparme de qué dirán. Me preguntó por mi ausencia del chat y le expliqué que tenía cosas más importantes que hacer, además de estar bastante cansada y no estar dispuesta a pasar sueño por alguien a quien no le preocupo lo más mínimo, salvo cuando a él le interesa.
No le gustó lo que escuchó y me dijo que suponía que algo estaba mal, que no sabía el motivo, pero que sabía que algo me pasaba y que por eso se había acercado a verme. Además, también me reconoció, que de haber hablado la noche antes, no se hubiese pasado a verme.
“Pues eso es precisamente lo que me pasa. No tienes tiempo para mi salvo que sea yo la que lo busque. Además, quedamos en hablar el fin de semana y no has dado ni señales de vida” le dije.

Me explicó que el sábado estuvo a punto de llamarme, pero que finalmente decidió que era mejor no hacerlo. No creía que lo que debíamos hablar fuese urgente y que conociéndonos, al final tendríamos una tarde genial, pero no hablaríamos nada importante.

No sabía exactamente que parte de “Tenemos que hablar y sin tardar mucho” era la que no había entendido bien. Teniendo en cuenta que él también había dicho que lo creía necesario, se me hacía aún más surrealista. Para colmo, me dice que el viernes tenía pensado acudir a donde sabía que yo estaría de fiesta para tomar algo…… ¡¡Eso sí que no procedía de ninguna de las maneras!! Si tenemos una conversación pendiente, lo normal, es hablar y ver la situación, después ya veremos si procede compartir un trago de fiesta o no.

Finalmente me pidió disculpas por el malentendido y quedamos para poder tener esa charla lo antes posible, es decir, el siguiente fin de semana, ya que entre semana, mi trabajo me impide tener tiempo suficiente para tratar algo así. En principio quedaríamos el sábado por la tarde, ya que yo trabajaba por la mañana y el domingo trabajaba él, pero como quedaba toda la semana, ya concretaríamos.

Llegó el miércoles y mi jefe me obsequió unas entradas para poder ver El Circo del Sol: ¡¡Qué guay!! ¿Para cuándo son?........ Para el sábado por la tarde…….
Había entradas para el domingo, pero se las habían ofrecido a otra persona,…. Tendría que cancelar la cita con Joseba, y lo peor era que quizá tenía que ser hasta el siguiente fin de semana,……. No aguantaba la incertidumbre de lo que podía pasar, pero por otra parte, a lo mejor debía dejarlo correr como hacía él y ver lo que pasaba.

Como no esperaba verle por internet, le llamé por teléfono a eso de las 7 de la tarde (cosa que no suelo hacer, nunca sé en qué situación puede estar….), pero no respondió, así que no insistí más, ya vería la llamada perdida y me la devolvería,… Si quería.

Por la noche recibí un sms en el que me pedía perdón por no haber escuchado el teléfono y decía que lo que más le jodía era no haber estado cuando le había llamado. Le respondí que no se preocupase, que no pasaba nada y que sólo era para informarle de que no iba a poder quedar con él como teníamos previsto.  Me respondió diciéndome que el viernes por la tarde y le sábado estaría disponible y que si encontraba otro hueco le dijese. Le indiqué que quizá el sábado más tarde (no quería esperar otra semana más), pero que él dijese. En el último mensaje me decía que hasta que entrase a trabajar el domingo estaba disponible y que ya hablaríamos para quedar.

Al día siguiente, jueves, pude cambiar las entradas del sábado para el domingo, por lo que podía mantener la cita con Joseba, así que le llame a media mañana para que no hiciese otros planes. Esta vez sí respondió a la llamada. Le comenté mi cambio de planes y me dijo que perfecto y que ya hablaríamos antes del sábado para concretar. “¡Pero si estamos ya a jueves! ¿Cuándo vamos a concretar?” le dije. Respondió que tenía que venir a Bilbao a una cosa del trabajo y que se iba a pasar por la tienda después, antes de que me fuese a comer.

Cuando vino volví a ponerme en mi sitio y no le dejé que me besase. Llegó bastante tarde, así que apenas empezamos a hablar dio la hora de cambiarme para irme, así que le dije que si me esperaba unos minutos seguiríamos hablando tras cambiarme. Al salir me vio que cargaba mi mochila y me pregunto si me llevaba a algún sitio. Le dije que sí y aproveché que tenía que cargar cosas de casa de mis padres a casa de Maider. Cuando me dejo en casa para coger las cosas paró la moto y el muy perro me dijo: “¿Me das un abrazo?”. Sabe de sobra que no le puedo decir que no. Sabía que si me decía de dármelo él era mucho más fácil rechazarlo, pero me temo que nos conocemos demasiado bien. El abrazo vino seguido de unos dulces besos y tras ellos subí a casa mientras él me esperaba abajo.
A la vuelta nos quedamos en la tienda charlando hasta la hora de apertura. En esa hora larga hablamos un poco por encima de lo que trataríamos el fin de semana y de algunas cosas que me habían molestado como que me hubiese ignorado el fin de semana anterior. Todo esto perdía bastante seriedad y solidez al tener en cuenta que desde que entramos en la tienda, hasta que abrí,  estuvimos todo el tiempo abrazados y beso va, beso viene…..
Mientras hablábamos salió el tema del tiempo que hacía que todo esto había comenzado, me di cuenta de la fecha y le pregunté “¿Sabes qué día es hoy?”, “Hoy hace un año de algo entre nosotros, seguro”, pero no supo concretar más. En vez de decírselo le reté a recordarlo y que me lo dijese en la próxima ocasión que hablásemos. Por la tarde chateamos un poco, pero me tenía que ir, así que olvidé preguntarle si había recordado la fecha.

A la mañana siguiente le envíe un sms: “¿Ya has recordado lo que hacía ayer un año? A lo mejor necesitas una base de datos, jejejejejeje…”. En pocos minutos me respondió: “Hizo un año que una rubiaza se lanzó a besarme, jeje. Desde ese día hemos tenido momentos malos, pero yo me quedo con algunos de auténtica felicidad.”

Lo había recordado,….. Bueno, no había sido exactamente así, pero sabía de lo que estaba hablando. Mi respuesta fue: “Más bien fue un hombre biónico el que se abalanzó sobre esta rubia que suscribe, jejeje ¡¡Muack!!”. Y este también tuvo respuesta: “Lo recuerdo y no olvidaré ese momento jamás. Siempre estaré agradecido por tu recibimiento y espero que tú nunca te arrepientas. ¡¡Muack!!” 
Ya no respondí más. Los mensajes sonaban a despedida prematura, a un quiero y no puedo sin sentido,…. No valía la pena responder. El sábado vería si efectivamente se trataba de un adiós.

5 comentarios: