jueves, 19 de enero de 2012

NOSOTROS

El mes que pasamos juntos fue uno de los mejores de mi vida. El tiempo seguía pasando tan rápido como siempre y eso nos impedía hacer todas las cosas que planeábamos, pero eso no era motivo para que lo que hiciésemos no fuera maravilloso. Convivimos, hicimos la compra, me venía a buscar al trabajo y yo a él, me lavaba el coche y me lo guardaba, me daba los buenos días cada mañana, aunque no estuviésemos juntos.... En fin, el momento soñado había llegado y era tal y como había esperado que fuese. Todo era complicidad y cariño, risas y pasión, charlas profundas sobre sentimientos y todo iba a pedir de boca. Incluso cuando Miriam le escribió un par de días antes de su supuesta vuelta diciéndole que se quedaba más tiempo, aquel enfado que él sintió, a mí me hizo sentirle aún más cerca de mi en su futura decisión.

Por desgracia, para mi sobre todo, los planes cambiaron y Miriam se presentó en la fecha esperada, sin retrasos por su parte y avisando con un día de antelación, día que cómo no podía ser de otra manera, él trabajaba y yo no podía verle, ni pasar un rato juntos. Esas eran las cosas que solían pasar, así que tampoco me iba a sorprender mucho.
Hasta aquella convivencia de un mes yo no me había terminado de creer lo que estaba pasando. Sabia que era algo pasajero que de seguir así no duraría mucho, pero todo ese tiempo juntos me hizo creérmelo todo. Me vi como su novia, su chica, esa sin la que no podía vivir y esa que pasaría el resto del tiempo con él. Pero como siempre, la verdad de la situación fue otra.

Aquel odioso día del mes de mayo me sucedieron tantas cosas y todas tan malas, que va a ser muy difícil borrar de mi cabeza el día 5 de mayo: Él vino a buscarme el día anterior para decirme de nuevo que yo no era su prioridad, que volvía a decidirse por esa que no le hacía sentir tan bien como yo y que nunca le había hecho sentir de la misma manera que se sentía conmigo. El jarro de agua fría fue tan definitivo que tras horas de conversación y llantos, dedicándole un "Que seas feliz" me fui sin mirar atrás,..... Pero eso sí, destrozada.

Mi mundo se había venido abajo en unas horas y volvía a estar sola de golpe, sin nada de lo que tan bien me había hecho sentir durante los últimos meses. Le pedí que no me escribiese, que no me llamase, que no me buscase, que si tenía que olvidarle no podía estar leyendo lo que me dedicaba, o no me serviría de nada la distancia para poder superarlo.

La mañana siguiente, el famoso 5 de mayo, además de estar hecha polvo por el varapalo de la noche anterior, tuve que ir al médico a hacerme una prueba rutinaria de riñón y cuál fue mi sorpresa cuando me dicen que el riñón está perfecto, pero que vaya al ginecólogo, que tengo un quiste de 4 cms en uno de los ovarios. ¿¿Cómo?? ¿Es que todo lo que puede sucederle a alguien me tiene que pasar a mí y a la vez?
Pues bien, el día tenía más sorpresas: ese día era el mismo que yo había marcado en el calendario como fecha tope para darle de margen a la amiga que vivía en mi casa para que se pusiese a trabajar. Cada día hablábamos menos. Ya no me llamaba, no me escribía nada en Facebook, no me respondía a los emails, por lo que me empecé a temer que no era el tipo de amiga que yo había pensado que era. Había incluso empezado a dejarme sin pagar las facturas de los suministros tales como luz y gas. Eso no podía seguir así y muy a mi pesar, tendría que tomar medidas.
El colofón del día fue en el trabajo. Ese día, para que fuese completito, teníamos auditoría…. ¡¡Qué difícil es poner buena cara y sonreír cuando tu día ha sido un palo detrás de otro!!

Parecía que el maldito día no iba a terminar nunca. Para colmo, cuando llegue a casa cogí a mi hermano en un mal momento, según él dice, y me montó una bronca increíble. Estaba claro que no era mi día y que me iba a resultar complicado olvidarlo.

A partir de ese día comencé a mentalizarme de que todo se había terminado definitivamente. Estaba triste, me sentía derrotada y me costaba mucho sonreír. Cada vez que intentaba hablar sobre el tema mis ojos se llenaban de lágrimas. Lágrimas de dolor, de incomprensión, de derrota,…. ¿Cómo puede cambiar tanto la vida de golpe? ¿Qué fallo es el que tengo para que cuando soy una de las opciones nunca me elijan? Debe ser mi sino el estar sola.

Los días pasaban despacio, muy despacio y mi ánimo seguía igual de apagado. Me había propuesto pasar de él, no prestarle atención y no perder el tiempo con su recuerdo, pero me resultaba imposible. Había ratos en los que me sorprendía a mi misma entrando en Facebook para saber si estaba por ahí y leer lo que ponía. Me quedaba largos ratos mirando el dichoso puntito verde del chat, creyendo que mirándolo él se daría cuenta de que yo estaba allí y me necesitaba. Creía que al sentir mi ausencia reflexionaría y se daría cuenta de lo mucho que me necesitaba, pero como el resto de las veces, esta vez tampoco acerté.

A los 3 días de volver a darme la patada en el culo, se me presentó en la tienda. Nada más entrar, al acercarse, yo me moría de nervios, de dolor y de tristeza, pero él vino con intención de darme un beso en los labios. Me pareció un gesto tan feo y tan falto de sentimientos, que no pude hacer más que apartarle. Él siguió insistiendo hasta que logró cogerme de la cintura y darme al menos 2 besos, uno en cada mejilla.
Decía que necesitaba ver cómo estaba y añadió que si necesitaba cualquier cosa que se la pidiese. Yo no podía apenas articular palabras sin que fuesen entre llantos. Mis manos temblaban y mi cabeza no podía pensar en nada más que no fuesen sus brazos rodeándome y dándome uno de esos abrazos que él me daba. Pero tenía que ser fuerte, o al menos aparentarlo, así que le dije que se fuese y que si no le podía tener a él, no necesitaba nada más de lo que me podía ofrecer.
Ese mismo día por la tarde pude leer como piropeaba a una de sus “amigas” a través de Facebook. Aquella tipa estaba claro lo que buscaba, yo al menos lo sabía desde el primer minuto en el que Joseba me contó sobre ella. Según él, sólo era una amiga y no tenía mayor interés, pero yo sabía a ciencia cierta que lo que Laura buscaba era precisamente a él. Un par de veces intentó salirse del tiesto a través de comentarios en el Facebook, pero mi amiga Maider y yo la íbamos frenando. En cuanto yo me retiré (o mejor dicho, me retiraron), su vía quedó libre para conseguir lo que buscaba y además contaba con el interés por parte de Joseba.

Tras ver los comentarios que se hicieron en el Facebook y comprobar el daño que todo eso me hacía, decidí “desaparecer” del todo, pero sin privarme de mi espacio, ya que en él cuento con mucha gente a la que debo agradecer muchas sonrisas y palabras de apoyo. Así que le bloqueé.

A partir de ese momento, él ya no tenía forma de saber de mi, ni yo volvería a ver cosas que me hiciesen tanto daño. El verdadero daño no me lo hicieron las palabras que le dedicó, si no algo más profundo, algo más íntimo; si a mi me mandas para mi casa cuando decides quedarte con el amor de tu vida ¿qué motivo tienes para buscar a otra a la primera de cambio? Empiezo a sospechar que al final resultará que no quieres a ninguna,….. Y lo peor de todo, tampoco a ti.
Creí que no tendría forma de saber de mi, pero llamaba a Maider para preguntarle por mi. Le decía que me cuidase, que estuviese pendiente de mi, que me diese cariño,…. En fin, todo eso que él no me daba por dárselo a otras. También le dijo varias veces que si necesitaba cualquier cosa se lo dijese. Incluso cuando se acercaba mi cumpleaños le dijo que me comprase un regalo de su parte, lo que fuese, le daba igual, pero que quería tener un detalle conmigo.
Evidentemente, Maider me lo contó y le dije qu8e lo único que quería de él no era para mi, por lo que no quería nada más. Además ¿qué sentido tiene un regalo de alguien a quien tratas de olvidar?
Solía ir llamando a Maider el día que trabajaba (es cuando tiene tiempo para sus “cosillas”), a veces incluso hablaba con ella cuando estábamos juntas, cosa que él sabía. Pero poco a poco fue dejando de hacerlo.

El día de mi cumpleaños, aunque intenté llevarlo lo más dignamente posible, resulto un día triste y frustrante: mi “querida” amiga me escribía un email en el que me decía que no me iba a llamar y me felicitaba así y por supuesto, Joseba ¿Cómo iba él a pasar por alto la fecha?
Aquel día le tocaba trabajar, así que pudo escribir tranquilamente un email felicitándome. En el email me felicitaba el cumpleaños, me pedía disculpas y me deseaba lo mejor (como siempre). Además me decía que no me iba a molestar más, pero que estaría disponible para cuando yo quisiese ¡¡cuánta incongruencia!!

Después de darle muchas vueltas y de pasar el penoso cumpleaños que pasé, decidí que tenía que quedar con él para hablar. Lo mejor de mi cumpleaños no había sido su email, escrito con las mismas palabras que siempre ha utilizado para tenerme de su parte, pero sabiendo que en cuanto lo decida, tendré que volver a irme. Lo mejor, sin duda, fueron las más de 70 felicitaciones que recibí a través de Facebook!!! Resulta muy fácil hacerlo, pero no todo el mundo se toma esa molestia, así que para mi resultó muy satisfactorio el poder leerlas, incluso de quien menos me lo esperaba. Eso me alegro el final del día.

Quedamos 2 días después para hablar. Cuando nos encontramos volvió a “abalanzarse” sobre mi para darme un beso, pero me aparté y se limitó a darme 2 besos como cualquier otro conocido. Pasamos las 2 horas de la comida hablando, bueno, más bien me las pasé yo: le hablé sobre todo lo que había estado reflexionando. Le conté lo engañada que había estado y lo mal que me había sentado ver que para él no había supuesto ningún dolor. Se ofendió y se defendió diciendo que nunca me había mentido y que todo lo que había sentido era real y que aún lo sentía. Me hizo creer que era su novia, pero él ya tenía muy claro que eso nunca iba a ser así y eso es lo que más le reproché. Tampoco me quedé con las ganas de decirle que sabía que había estado buscando a aquella otra por la que supuestamente no tenía ningún interés y que no me cabía duda de que tenían algo más que amistad…… Y no me lo negó.

Después de esas 2 horas en las que solté todo aquello que tanta presión me creaba en mi cabeza, me quedé mucho más tranquila y aliviada. Seguía con los sentimientos a flor de piel, pero había sido fuerte y a pesar de estar deseando que me abrazase, no le había dejado hacerlo.
Al llegar a la oficina, decidí enviarle dos canciones que para mi en ese momento lo decían todo: Canción de amor caducada de Melendi y Tu habitación helada de Ana Torroja.
Esa misma tarde volvimos a chatear. Seguía diciéndome estar preocupado por mi, decía que no quería que sufriese, quería saber cómo estaba, qué sentía….. No quise entrar en su juego y me limité a ir cortándole cada vez que podía. De esa charla, me quedo con la frase que había leído un par de días antes y que le escribí: "No te merece quién te tiene como opción, sino quién te tiene como prioridad. No te merece quién sólo te busca para el placer, sino quién te respeta como mujer. No te merece quién te culpa por tus errores, sino quién te perdona comprende y te ama a pesar de ellos. No te merece quién te cambia por otra, sino aquel que al conocerte supo que ¡no existe otra!".
A él esta frase no le gustó. Dijo que aunque en parte era verdad, no reflejaba la realidad de la situación, pero a mi me parecía que era un resumen de nosotros.

Desde ese día decidí no volver a hablar con él. Tenía que sacarlo de mi cabeza lo antes posible o no saldría nunca de mi corazón, pero ¿cómo se hace? Ya había pasado un mes sin él y tras verle un par de horas, incluso discutiendo, todo en mi interior se había vuelto a remover….

¡¡Qué bien me vino la semana de vacaciones que me cogí a continuación!! Aproveché para echar de mi casa a mi “amiga” de la cual hacía más de 15 días que no sabía nada, salvo que me debía 250 euros en facturas de suministros. Echarla fue un show ya que no paraba de poner excusas absurdas y mentir con el fin de que se pudiese quedar. El suceso fue muy desagradable, pero tenía que hacerlo o sus gastos me iban a terminar de hundir.
Quedó en venir a pagar el día siguiente lo que me debía y me quedé lo que había quedado por el piso como garantía. La sorpresa vino después, cuando me quedé a solas en el piso con mi hermano y empezamos a intentar organizarlo de nuevo: La lavadora no funcionaba, la televisión tampoco, a la silla del ordenador le faltaba una rueda, la casa estaba llena de pelos de su perra y además de la pintura sucia, la limpieza de la casa brillaba por su ausencia. Ausencia que compartían también las bayetas, estropajos y productos de limpieza ¡¡No quedaba de nada!!
Antes de irme de mi casa dejé todo tipo de productos y utensilios de limpieza para que quien llegase no se tuviese que preocupar de eso. Pues bien, lo había gastado todo y no había repuesto nada. La compra en la sección de limpieza me costó más de 50€….
Al día siguiente, cuando vino a pagarme un amigo de ella le comenté las novedades que me había encontrado y le dije que o me cubría los gastos de los desperfectos, o no le devolvería sus cosas. Quedó en comunicárselo a ella y ya me darían una respuesta……. Hasta hoy.

En fin, después de gastar un montón de dinero que no me sobra en solucionar este tema me dediqué por fin a mi, ¡¡sólo me quedaban 3 días de vacaciones!! Me relajé y reflexione sobre mi nueva situación. Decidí centrarme en otras cosas para que se me pasase más fácil: el verano y las fiestas.

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